11 de enero de 2013

Ruta Puente de Salares








Hoy hace un día estupendo y hemos decidido hacer una ruta que nos había recomendado mi amigo Juan por ser corta, fácil y muy bonita.
Empieza y acaba en un pueblo muy pequeñito llamado Salares.
Salares está en inmerso en una zona muy peculiar denominada Axarquía. Es la parte oriental de Málaga, desde el mar Mediterráneo hasta las cumbres más altas de la provincia, limítrofe con Granada. Es una zona muy montañosa y está salpicada con un montón de pueblecitos blancos en los que se disfruta de un estupendo clima. De esta particular orografía y temperatura nacen las uvas más famosas de Málaga, las uvas moscatel, y de ahí los vinos dulces y las pasas.
Para llegar a Salares por la autovía A7, toma la salida 277 hacia Algarrobo, por la MA-103. Cuando pasas Algarrobo, sigue hasta Sayalonga, pásalo, sigue por la carretera y disfruta de los bonitos paisajes que van apareciendo.



 Antes de llegar a Cómpeta, que queda a la derecha, desvíate a la izquierda dirección Árchez y Salares.
Llegando a Árchez puedes hacer tu primera parada para desayunar. Hay un bar a pie de carretera que se llama El Curro y tiene una terraza junto al río muy agradable. A primera hora de la mañana Curro enciende las brasas de la parrilla estilo argentino y pone las carnes a fuego lento, para que estén listas al mediodía.
Después de un buen desayuno con bocata de jamón serrano incluido, seguimos en coche unos 200 m. y nos desviamos a la derecha, sentido Salares, que está ya a unos 6 km. Por la MA-158.

Ya en Salares, se aparca en la entrada del pueblo, junto a la carretera.

  

Hoy hemos venido con familia, con peque y con perro. Al fondo se eleva La Maroma con las primeras nieves del año.







Tenemos que internarnos en el pueblo por la calle Ejido y ya vamos viendo lo bonito que es el pueblo, con sus calles estrechas y sus casas blancas.




Siguiendo todo recto nos acercamos al puente de origen romano donde se inicia la ruta, aunque es más conocido como el puente árabe. ¡La de años que tiene!.



 









Este puente se conserva muy bien y una vez que lo atravesamos nos encontramos el cartel explicativo de la ruta y la señalización. Cruza el río Salares. Por aquí hay huertos con naranjos y mucha vegetación.




El camino está empedrado y a mi sobrino le parece que todo el camino va a ser así de fácil...ja ja, ¡no sabe lo que le espera!

 







Mientras subimos poco a poco vamos viendo a nuestra izquierda la blancura deslumbrante  de las casas de Salares, a las que les da el sol de la mañana, en contraste con la umbría en la que estamos internándonos.
A nuestra derecha dejamos una fuente y al poco encontramos un cruce con dos señalizaciones, a derecha e izquierda, y nosotros tomaremos la de la izquierda.







Nos adentramos en un bonito bosque mediterráneo con encinas y algarrobos. Por el suelo se ven montones de bellotas.






Conforme vamos avanzando y subiendo empezamos a ver mejor la cumbre de La Maroma.

Esta es la cumbre más alta de la Sierra Tejeda y de la provincia de Málaga. Está dentro del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama y mide 2066 m. Detrás está la provincia de Granada.









El camino ya se ha hecho más estrecho y empinado y casi todo el rato vamos por la sombra. Las rocas están llenas de musgo. Ahora van apareciendo más pinos y el suelo está blandito y resbaladizo por las agujas de pino.







Siguiendo la señalización, (aunque no hay pérdida) nos encontramos con un hermoso ejemplar no se si de encina o chaparro (las sirenas todavía no sabemos distinguirlos bien), uno de los ejemplares más grandes de esta ruta.
 



Un poco más adelante bajamos y entre grandes rocas atravesamos el arroyo Fogarate para luego subir por una empinada cuesta. 







Al llegar arriba parece que el camino sigue recto en dirección a la sierra pero hay que girar algo a la derecha para buscar la casa de Haro, una vivienda en ruinas en un soleado llano.

Es el sitio ideal para hacer una parada. También hay una fuente de estilo árabe.











Después de un breve descanso seguimos subiendo por una ancha pista. Hoy que está el día tan claro, se divisan unas vistas espectaculares. Montañas, pueblos blancos, y hasta el mar.
Mientras subimos, dejamos a nuestra izquierda una gran alberca redonda.










Esta subida es larga pero la pista en muy ancha y cómoda, rodeada de pinos y retamas. Cuando llegamos arriba caminamos un buen rato en llano. Encontramos un letrero que nos indica que estamos en el Paraje Cruz del Muerto y en la Sierra de Canillas de Albaida, que va quedando a nuestra izquierda. También vemos en primer plano otro pueblo, Sedella, al que también hay una ruta que llega a otro puente medieval, aunque es más larga que ésta.













Por aquí pega el viento de lo lindo, pero eso no nos impide disfrutar de unos estupendos paisajes.





Siguiendo más adelante llegamos a la Loma de Fogarate. Aquí empezamos a ver edificaciones nuevas en el mismo límite del Parque Natural. Hay que tener cuidado, porque si nos desviamos a la izquierda nos introduciremos en urbanizaciones que van a parar a la carretera y tendremos que caminar por ella unos 5 km hasta llegar al pueblo otra vez.
Eso fue los que nos pasó la primera vez que hicimos esta ruta, nos equivocamos y nos dimos una larga caminata rodeados de enormes chalets, pero por suerte también pudimos ver de cerca algunas casas tradicionales de la Axarquía, con los típicos paseros donde se ponen a secar las uvas para convertirlas en las mejores pasas que se puedan comer.

 




Para no cometer el mismo error, debemos seguir todo recto, siguiendo las señales, dejando la Maroma siempre a nuestra derecha, luego llegamos a una señal que indica que no es por ahí, ¡¡¡pero no hay que hacerle caso!!! Y seguiremos hacia adelante.














No se muy bien a qué obedece esta señalización tan confusa, porque a los poco metros aparece otra vez correctamente. Supongo que alguien tendría que comprobar estas cosas, en fin, ¡¡¡las trampillas del sendero!!!






Nosotros vamos siempre hacia el carril de la derecha. Llegados a un punto hay un desvío a la izquierda, hacia abajo, otro de frente hacia arriba, y otro llano hacia a la derecha, pues nos vamos por el de la derecha.



Seguimos viendo Sedella al fondo y nosotros empezamos a bajar. Volvemos a ver encinas, algarrobos, muchos arbustos de tipo mediterráneo, y otra vez se estrecha el camino mientras se vuelve más pronunciado. 




Hemos hecho otra paradita para comernos unos bocatas y al ponernos en marcha empezamos a ver Salares.

Conforme nos acercamos el camino está más pedregoso, pero la vista de Salares desde esta perspectiva es preciosa. Se ve tan pequeño, tan blanco, con sus tejados rojos y su alminar de ladrillo…


 







La vegetación es más espesa, más verde, vuelven a aparecer las huertas, los naranjos…y otra vez estamos en el puente.




Ha sido una ruta muy chula, y ahora vamos a dar una vuelta por el pueblo.

Merece la pena recorrer sus calles, limpias y solitarias, llegarse hasta la iglesia y ver el alminar tan bien conservado, sus azulejos con el Viacrucis y un montón de rincones más.









 



También queríamos llegarnos al bar El Theo, del que nos habían dado muy buenas referencias, pero no lo encontramos (quizás nos faltó recorrer algunas calles más).

Pero no hay problema, es la hora de comer y el bar donde desayunamos, Venta El Curro, tenía muy buena pinta, así que cogemos otra vez el coche y en menos de 10 minutos ya estamos allí.

 
 





La terraza está llena de extranjeros comiendo al sol y no paran de salir platazos de suculentas viandas.

Como estamos un poco hartos de sol, entramos al salón y allí nos damos un buen festival. Todo está muy bueno y hemos probado el costillar que se estaba asando por la mañana. Estaba tierno y sabroso. Las verduras y ensaladas también muy buenas. Hemos pedido para beber un vino de la tierra, de tono rosado, un poco dulce. Le hemos preguntado que si lo vende pero nos ha dicho que lo compra en una bodega que hay  al otro lado del río.

En cuanto hemos terminado de comer hemos ido allí y su dueño nos ha dado a probar diversas variedades. Hay dulces, secos, semidulces, rosados, y nos llevamos una garrafa de 2 litros del semidulce, 4,10 euros. Tendremos que volver a por más…

Y así de calentitos y con la barriga llena nos volvimos pá casita.




Creo que esta ruta es ideal para ir en familia y hacer un sábado diferente.

Si vais,   

   ¡¡¡que disfrutéis!!!