15 de septiembre de 2012

Etapa 6. Castro-Padrón. 24 km.


Nos hemos levantado muy tranquilamente, hemos preparado nuestros pies para dejar Asturias y pasar a tierras gallegas, y después de recoger todo en las mochilas, bajamos al bar.
Sandra y su marido ya están preparando las cosas y hay algunas bandejas puestas en las mesas con magdalenas y sobaos.
En un lateral de la sala hay unas tostadoras para el pan y botes de zumo de fruta. El café o infusión o cola-cao o lo que sea que tomes, te lo ponen aparte. El desayuno cuesta 3,8 euros.


Ermita de San Lázaro, muy cerca de Castro

La niebla solo nos deja ver lo que tenemos más cerca...
 Salimos con el estómago lleno en dirección a Padrón, no el de los pimientos, sino una aldea de Fonsagrada, ya en Galicia, unos 23,5 Km.
El paisaje estaba completamente oculto por la niebla, se intuían prados con vacas y a medida que íbamos subiendo las nubes se iban quedando más abajo. Llegamos a un punto que parecía que caminábamos por un mar de nubes, como las de ayer, pero esta vez más brillantes y bonitas, parecía el mar. Hoy también nos acompañan los molinos de viento por buena parte del paisaje, y su suave zumbido.


A la entrada de la aldea de Peñafuente vemos la Iglesia Santa María Magdalena, con su cementerio dentro, como es típico aquí
 La jornada no se presenta dura en lo que a pendientes se refiere, tenemos que subir al Alto del Acebo, pero es una subida larga y suave. Como viene ocurriendo estos días atrás, hay una parte del grupo que va en avanzadilla y otra parte en retaguardia, hoy vamos Mica, Javi, Fernando y yo.


Mar de nubes

Las nubes brillan tanto que parecen una lámina de agua
Ya dejamos los bosques y avanzamos subiendo con los molinos eólicos al frente y el mar de nubes a la izquierda

Molinos eólicos al fondo
 De nuevo nos juntamos todos, frente al mar de nubes, antes de pasar un portón de reja, si no estamos en el puerto del Acebo, falta poco. Ahí nos hemos ido parando hasta juntarnos incluso con los alemanes. Hemos repuesto líquidos y hemos seguido, excepto Javi, que se ha quedado “en las nubes”.


Prácticamente estamos en lo más alto de la subida al Acebo, a más de 1100 metros de altitud

El sol apretaba y nos resguardábamos al pasar por algunos bosques más sombreados.
Cuando llevábamos unos 10 Km. llegamos al límite de la comunidad asturiana con la gallega. Hay una placa de pizarra que lo identifica. Paramos para hacer unas fotos y reírnos un rato (cualquier motivo es bueno). Al poco rato, después de una fuerte bajada, encontramos el primer bar gallego, O'Acebo, y como no, nuestra próxima parada.




Allí dentro están los compañeros dando cuenta de un imponente desayuno. Nosotros nos quedamos fuera y poco a poco van llegando más peregrinos, entre ellos, las parejas francesas y los famosos madrileños tan “simpáticos”.  En ese momento nos pareció que entablaban algo así como una competición con nosotros, un “haber quien llega antes” que, aunque nosotros ni puñetero caso. Resultaba un tanto molesto.
También hicimos fotos en el primer mojón gallego, que ya sabes que cambia el sentido de las conchas, donde antes era izquierda, ahora es derecha, ¡un lío!.


Ahora las conchas están al revés, tenemos que ir pa'yá

En el bar O'Acebo nos fuimos juntando todos otra vez

Estos chicos no perdonan un buen desayuno.
¡¡¡Un chirriasca por ellos!!!
Después de la parada, seguimos poco a poco, porque Mica seguía muy dolorida con sus rodillas, y ya veíamos Fonsagrada “en lontananza”, todavía a unos 14 Km.


Fonsagrada allá a lo leeeeejoooos...
Bonitos rincones por el camino
Primeros paisajes gallegos

Llegamos alrededor de las 2 y decidimos pasar de largo y llegar primero al albergue de Padrón, que está a 1,5 Km. de Fonsagrada. La llegada a Fosagrada es un poco confusa, nosotros seguimos por la parte de abajo y todo el rato por carretera, llegamos a Padrón.
Los compañeros estaban allí, ¡siempre nos da una alegría encontrarnos! Por suerte había camas libres y ellos habían pedido que nos pusieran a todos juntos, cosa a la que accedió la hospitalera, una chica creo que brasileña. Los cuartos estaban arriba y los baños abajo.
Aunque por fuera está bastante descuidado, por dentro me gustó mucho. Es un edificio antiguo, todo muy modesto, con una escalera de madera preciosa, techos y suelos también de madera, que chirrían cuando andas. Abajo, según se entra, están la recepción y el comedor. A la derecha la cocina, amplia y con menaje suficiente, y el la parte de atrás los baños. Hay varias máquinas de refrescos, café y comida. Fuera está el lavadero y tendedero en un prado de césped.


Después de la ducha, la colada

En este albergue no hay lavadora, pero la pila es "mú apañá". Con el día tan bueno que hace seguro que la ropa hoy se nos seca...
 
Han llegado también Manu, el chico de Oviedo, los madrileños y un simpático chico canario que nos pasó por el camino. Más tarde llegaría “la cabrita”, que supimos que se llama Ofelia y es francesa.

Después de rellenar la credencial nos dan una sábana y una funda de almohada desechables ¡qué detalle más higiénico! Nos duchamos, hacemos la colada y hoy parece que si se va a secar, porque hace un calor...


Plaza de Fonsagrada, desde la pulpería O'Caldeira

Lo mejor es que en el albergue hay publicidad de una pulpería en Fonsagrada y los chicos han llamado para ver si hay mesa (ya es bastante tarde) y el dueño les ha dicho que van a venir a recogernos en una furgoneta ¡maravilloso! ¿no?

Llegó a los 5 minutos y en dos viajes, que hizo en menos que canta un gallo, estábamos todos sentados en la pulpería O'Caldeira, en una mesa redonda ideal para los 9 que íbamos, (Javi se había quedado descansando) con su mantel, sus servilletas de tela y un menú por 12 euros que prometía.




Nos trajeron vino Ribeiro blanco, luego 2 ollas de caldo gallego, de la que dimos buena cuenta, luego pulpo a feira, cachelos y pimientos de Padrón, todo estupendo, sobre todo el pulpo (dicen que el pulpo de Fonsagrada es famoso por lo bien que lo preparan), tanto que no dejamos ni las migas, y nos dijeron que si queríamos algo más no teníamos más que pedirlo, así que pedimos más de todo, ¡¡¡otra ronda por favor!!! pulpo, cachelos, pimientos, más pan y más vino. ¡¡¡Qué festival nos dimos!!! y luego nos invitaron a unos orujos, para rematar la faena. Fue todo un acierto.


Todos de paseo ¡sin mochilas!

Al salir decidimos acompañar a Mica y Chusmari al centro de salud para que les curasen las heridas de los pies y les mandasen algo. Allá que nos fuimos todos en comandilla, menos Roberto, que se nos despistó.
Ellos entraron al edificio y los chicos se sentaron en un banco que había fuera sin darse cuenta de que estaba casi recién pintado, cuando se levantaron sonó como una lija, algunos más manchados que otros y no paramos de reírnos en un rato. A Mica y Chusmari no le curaron nada, solo los mandaron a comprar vendas a la farmacia.


En la puerta del ambulatorio
 Mientras íbamos a la farmacia nos encontramos por una calle a Roberto bailando pasodobles con unas señoras en una fiesta de pensionistas. Eran las 5 de la tarde y estaba de lo más feliz.


Mientras unos esperan en un banco, Alberto se dan un "garbeo"

Después fuimos a la farmacia, luego a la zapatería a comprarse Mica otros zapatos porque los que llevaba ya los había fundido.
Encontramos una zapatería donde asesorada por Alberto encontró lo que buscaba. Le dio pena no poder mandar los viejos a casa por correo, que al ser sábado por la tarde estaba cerrado (se nos pasaban los días sin saber siquiera qué día de la semana era) y es que les tenía mucho cariño por ser con los que hizo su primer Camino a Santiago, pero eso si, se guardó de recuerdo los cordones...


Mika sale por encima de la Fuente Sagrada feliz con sus zapatos nuevos, ya ha gastado los que traía...

Así fue como descubrimos la famosa Fuente Sagrada que da  nombre a Fonsagrada, siempre muy ligada al Camino de Santiago y a la que se atribuyen propiedades curativas y sobre la que hay muchas historias.


La Fuente Sagrada

La torre barroca de la iglesia de Santa María de Fonsagrada


Fonsagrada es un pueblo grande y tiene algunos edificios muy bonitos
A lo lejos están los caminos por los que hemos llegado a Fonsagrada.
Este es el municipio más extenso de Galicia (aunque antes perteneció a Asturias)
Después compramos algunas cosas para comer en el supermercado y nos fuimos paseando hacia el albergue. Hemos preparado una cena muy ligera a base de ensalada de frutas y luego nos hemos dispersado cada uno a sus cosas.


La hora de la cena en el comedor del albergue

Yo he recogido la ropa ya seca y he llamado por teléfono a una amiga. Aquí si hay cobertura. Mientras estoy hablando con ella se ha hecho de noche y en la oscuridad del cielo han empezado a aparecer millones de estrellas.
Hacía mucho tiempo que no veía un cielo tan estrellado, no me cansaba de mirarlo, incluso he visto pasar varias estrellas fugaces. Ha sido la guinda a otra estupenda jornada.





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